Pierde el miedo a hablar en público. ¡Improvisa!
En la realidad que vivimos hoy, hablar en público es inevitable ya sea presencial o virtual. Es necesario que aprendas a manejar lo que sientes y a pensar en lo que tienes por entregar, para que logres combinarlos y así generar un relacionamiento con el público que sea constructivo, contundente, confiable y que, definitivamente, te permita posicionarte.
COMUNICACIÓN RESOLUTIVAMEJORAMIENTO CONTINUO
Si te dijeran que debes pararte frente a miles de personas para entregar un mensaje, ¿cuál sería tu reacción? ¿Aceptarías sin dudarlo porque tienes confianza en tus capacidades? ¿O dirías “te lo agradezco, pero no”?
Hace unos años tuve uno de los retos más interesantes a nivel profesional, en un escenario de más de ¡15.000 personas! No solo era desafiante por la cantidad de público, sino también por la diferencia en el lenguaje, pues la mayoría de los asistentes eran indígenas del pueblo Aymara en Bolivia. El objetivo era claro: ayudar a crear consciencia sobre los cuidados para evitar el cólera.
¿Qué si me dieron cosquillas en el estómago al ver esa cantidad de gente? Por supuesto. ¿Qué si me dieron nervios antes y durante mi presentación? No lo pongas en duda. Sin embargo, algo que he aprendido a lo largo de mi vida es que sentir miedo no es malo; el problema es dejar que el miedo te paralice.
PARTE I: PLANEAR
Una de las primeras cosas que hice para preparar mi presentación fue planear. Era importante definir qué quería decir y cómo quería decirlo. ¿Por qué? Porque para hablar en público sin morir en el intento es tener claro el por qué y el para qué. Me explico:
¿Por qué? Son las razones que me permiten precisar la elección del mensaje que voy a entregar, al igual que la forma en la que deseo hacerlo.
¿Para qué? Es la finalidad que tengo al dar el mensaje; es decir, la reflexión que quiero dejar en mi público una vez termine mi presentación.
Otra parte importante de la planeación fue acercarme al lenguaje de mi público. Uno de los puntos fundamentales a la hora de hablar en público es que no se trata simplemente de lo que yo tengo por decir. Es esencial que quien me escucha entienda mi mensaje o, de otra forma, estaré hablando al viento.
Lo que hice fue algo muy sencillo pero crucial. Definí cuáles eran las palabras clave de mi mensaje, esas que sí o sí debían quedar claras para el público. Lista en mano, empecé a preguntar cómo se decía cada una en el lenguaje de los Aymaras y así los integré a mi discurso. Ya no tendría que explicar cada término en medio de mi presentación, sino que iba a utilizar sus palabras y sus términos para facilitar la comprensión de mi mensaje.
PARTE II: IMPROVISAR
Se llegó el gran día. Como se esperaba, más de 15.000 personas atendieron a la invitación. No había un solo lugar vacío. Y más de 30.000 ojos estaban mirándome, a la espera de lo que yo tenía por contar. Fue una sensación de emoción, alegría, nervios y hasta miedo… todo en uno. ¿Qué haces cuando te sudan las manos y sientes que el corazón se te va a salir por el pecho al ver a tu público? Respiras profundo. Luego, recuerdas por qué y para qué estás en el escenario.
Aunque al momento de hablar en público es muy importante planear lo que quieres decir y cómo quieres decirlo, es igualmente importante dejar espacio para la improvisación. ¿Sabes por qué? Porque raras veces la vida sale como hemos planeado. Por ejemplo, yo sabía cómo iba a ser el escenario y, aun así, nunca se me ocurrió pensar que en el momento de mi intervención iba a estar lleno de los instrumentos y bases que pertenecían a los grupos musicales que también se presentaban en ese evento.
¿Qué haces cuando las cosas no salen exactamente como habías pensado? ¡Improvisas! Y aquí quiero detenerme un momento para aclarar lo que yo entiendo por IMPROVISAR.
Mi escenario estaba lleno de cosas que, aparentemente, no eran útiles para mi presentación. ¿Cómo se relacionan una batería y el cólera? Y, sin embargo, esa batería se convirtió en el baño perfecto para escenificar parte de mi mensaje: hay que lavarse las manos después de ir al baño.
Algo que me ha enseñado la Improvisación es trabajar con lo que hay, en lugar de enfocarme en lo que no es o no tengo. A veces pueden ser problemas técnicos con el micrófono o con la señal de internet que no deja ingresar a la reunión virtual. O puede ser ese granito en la punta de la nariz imposible de esconder (¿te ha pasado alguna vez?). Puedes dejar que lo no previsto te incomode y desenfoque, o puedes utilizar lo que tienes a tu favor.
PARTE III: CREAR UN VÍNCULO CON EL PÚBLICO
Hablar en público es más que entregar un mensaje. Es crear un vínculo con tu audiencia, de tal forma que no solo reciban tu mensaje, sino que te ayuden a construir una experiencia agradable mientras estás en el escenario. Puede ser un evento masivo, una reunión de trabajo o una entrevista. Puede ser una audiencia de miles de personas o de solo una.
Lo más relevante de mi presentación en La Paz no fue lo que sucedió en el escenario, sino en la construcción de un vínculo con el público que permitió una relación para aprender. Que el escenario estuviera lleno de instrumentos no fue impedimento para que las personas imaginaran los espacios y las escenas que yo proponía. Tampoco el que mi pronunciación en su lengua nativa no fuera perfecta. Estos fueron elementos que pude utilizar de manera específica o simbólica, generando cercanía con la audiencia.
Entre más cercanía suscites con tu público, más conexión tendrás. Y entre más conectados, mayor impacto y recordación tendrán el mensaje o las reflexiones que pretendas entregar.
En la realidad que vivimos hoy, hablar en público es inevitable ya sea presencial o virtual. Es necesario que aprendas a manejar lo que sientes y a pensar en lo que tienes por entregar, para que logres combinarlos y así generar un relacionamiento con el público que sea constructivo, contundente, confiable y que, definitivamente, te permita posicionarte.
Para ello, en el siguiente video encontrarás 5 consejos adicionales para hablar en público o atender una entrevista.
IMPROVISAR es la capacidad de generar la mayor cantidad de respuestas posibles para elegir la mejor opción a la situación que se presenta, sin quedarte paralizado por el miedo o con la mente en blanco.